Ya estamos de vuelta!

Igual que cuando empezábamos curso en el cole, el primer día cuesta un poco ponerse las pilas, pero aquí estamos otra vez de vuelta.

Me gustaba ese primer día de reencuentro con las amigas.

Iba al cole toda ilusionada, llena de energía, con ganas de volver a ver caras conocidas, de profesoras y compañeras. Y ver a las amigas, aquellas más entrañables, para contarnos un montón de cosas de todo lo que nos había pasado en verano. ¡Yo he ido al pueblo! ¡Yo he estado en la playa! ¡Pues este año no nos hemos ido de la ciudad!, esas eran las frases habituales porque en aquellos tiempos no íbamos de "intensivos de inglés" al extranjero, ni hacíamos cruceros por el Mediterráneo.

Me gustaba ese primer día de confusión.

Era un día especial, sin clase y sin reprimendas por el alboroto, aunque, eso sí, nos metían en "vereda" porque llegábamos desmadradas. Era un poco como decir ¡Ya estamos de vuelta! y hay que volver a la rutina, a la disciplina, al orden...

Me gustaba ese primer día de curso.

Los libros nuevos ¡qué nuevos! y los cuadernos ¡qué limpios! y siempre me asaltaba la misma sensación, mientras sentía el olor inconfundible de la letra impresa en aquellas páginas que ojeaba con entusiasmo y curiosidad ¡la de cosas nuevas que voy a aprender!

Ese entusiasmo, todo hay que decirlo, iba decreciendo a medida que pasaba el curso, pero en ese primer día me impregnaba de él e incluso me atrevería a decir que lo contagiaba al resto de las compañeras.

Aún hoy, tropecientos años después, me gusta ese primer día en el que todo vuelve a empezar, o a continuar allá donde lo dejamos. Unas veces cuesta más y otras menos, pero siempre hay que seguir adelante, así que haré lo que sea para que este blog y nuestro Club siga avanzando día a día.