Para Rosa y para mi

Antes de acabar el año, las últimas que celebramos nuestro cumple somos Rosa y yo y nuestra postal se basa en nuestro símbolo del zodíaco, un tema que iré haciendo a lo largo del próximo año para todos porque he pensado que, tantos años sin saber los unos de los otros o porque había unas diferencias entre alumnos y profesores que lo dificultaba, y nos conocemos poco, y que esta simbología puede ser una manera de que nos conozcamos un poquito más.

¿Y por qué empiezo ahora?, pues porque se me acaba de ocurrir y como buena Sagitario, me invade la impaciencia.

Nosotras somos dos "Sagitario" un signo de fuego que está representado por un arquero, el centauro o criatura mitogólica griega, mitad humano y mitad animal, cuyo objetivo no es cabalgar practicando el tiro al arco como en un principio puede parecer, sino aventurarse, racional e irracionalmente, a alcanzar nuevas metas y a expandirse en todos los ámbitos de la vida, no cejando en el empeño hasta dar en la diana del éxito.

Es precisamente esa manera irracional y apasionada de adquirir conocimientos y afrontar retos la que nos hace estar en alerta constante, desgastando nuestra vitalidad en varios frentes al mismo tiempo y por tanto descuidando otros ámbitos personales, que en ocasiones tratamos de forma superficial o relegamos a un segundo plano.

Las mujeres sagitario somos extramadamente independientes, optimistas, alegres, empáticas, solidarias y brutalmente sinceras, de una sinceridad que mata, ya que no es otra que decir lo que se piensa abiertamente, sin sutilezas. Abiertas de mente, encantadoras y cariñosas con familiares y amigos, así como madres comprensivas siempre dispuestas a dar a nuestros hijos la confianza y el valor que necesitan para cumplir sus sueños. 

Por otro lado, nos embalamos rápido, debatimos y nos revolucionamos envueltas en nuestra vanidad, con la misma facilidad que nos llegamos a aburrir, cerrándonos en ostracismo, creando un clima de inestabilidad en nuestro entorno. Nuestra vitalidad e impaciencia, sumado a la exigencia que demandamos a los demás, dado que damos el todo y queremos lo mismo, puede llegar a ser agotadora para las personas que conviven con nosotras.

Rosa, te propongo un reto, en este nuestro cumple, para que lo practiquemos juntas : Fomentar nuestras virtudes, que son muchas y corregir nuestros defectos, que son muy feos.

¡Feliz cumple, Rosa, espero que lo pases genial!