¿Os acordáis de las clases de dibujo?
¿Y de estas láminas, os acordáis de ellas?
Yo me acuerdo un montón de esos cuadernillos en los que venían unas cuantas láminas de un tema y que nosotros debíamos plasmar a mayor tamaño en las clases de dibujo, siguiendo la muestra que el dibujante y autor de cómics Emilio Freixas había confeccionado en esta colección y que formaban parte de su excepcional "Método Freixas de dibujo" un método que ha enseñado a varias generaciones de alumnos.
Utilizábamos lápiz grueso o carboncillo y con trazos más o menos habilidosos, dependiendo de la gracia de cada uno, tratábamos de dibujar aquellos paisajes, figuras o animales, entre líneas y curvas que borrábamos una y otra vez hasta ir perfeccionándolo.
Las clases de dibujo las hacíamos por la tarde, a primera hora, esa hora de somnolencia que podía ser más acusada en las preciosas tardes de primavera. Me gustaba dibujar, pero también me distraía mirando hacia el patio por la ventana de la clase, ansiosa porque llegara el momento de salir al recreo.
Aún guardo, en algún recóndito lugar de mi casa, aquellos dibujos que hice siguiendo estas láminas, bajo la atenta mirada y supervisión de nuestras queridas "profes" y que, como tantas cosas de entonces, recuerdo con nostalgia.